CON SUBHOMÍNIDOS Y A LO LOCO(VIRULENCIA I)

Ya lo dijo el insigne Goliat cuando David le tiró con una moto a la cabeza-"no hay enemigo pequeño", y nos lo recuerda Valdano todos los días-"son 11 contra once", y eso es más o menos lo que sucedió en esta historia.
Se disputaba un interesante encuentro entre el Cáceres CB y la jugoplática de los cármenes y allí estaban presenciando tan insólito y cultural evento, Serafín, chacinero invidente, autista y medalla de oro en el equipo de relevos 4x4 de natación sincronizada, Aurelio, tramoyista en obras de colegio y el encargado de elaborar, ejecutar y cambiar los mapas del tiempo en TVE, y Sario, mamporrero particular de Ana María Matute.
El partido de baloncesto se hacía eterno ya que el aro de la canasta era una puerta astral y cada vez que hacían canasta el balón iba a parar a la cuarta dimensión, donde el ninño pintor en persona se encargaba de pincharlos.
Como esto era un puto coñazo y la gente se aburría más que un pulpo en un sangüich, la gente fue abandonando el estadio y se fue dirigiendo a los bares y a las casas de putas a beber zarzaparrilla y a comer extasis. Se fueron todos menos Sario, Aurelio y Serafín, que ante el soporífero partido se quedaron dormidos en posición fetal debajo de una canasta.
Durmieron durante mucho tiempo y cuando despertaron el pabellón había sido destruido y en su lugar habían construido una biblioteca-zoológico, donde los libros estaban metidos en jaulas o bajo el agua y unos primates subhomínidos, diversos quelonios, algún ungulado y dos suidos, dirigían la dministración.
Mientras nuestros tres amigos celebraban con sonoros aplausos y vítores las bellas acrobacias que realizaban con auténtica precisión y perfecto acabado "El peribañez" de Lope de vega y un albúm de cromos, se les acercó el director del chiringuito(un fabuloso gurutan rojo, desdentado, pollicorto, retituerto y medio cojo) y les dijo:-"Hola buenas tardes. ¿Podían enseñarme los señores la acreditación de que han pagado religiosamente la entrada a tan fabuloso lugar". Como no habían pagado y no les apetecía pagar para ver una mierda de libros brincando y haciendo carantoñas, le entregaron a Serafín como forma de pago y el director les obsequió con un bono gratis para tres días.
Todo parecía haber llegado a la normalidad, así que Aurelio y Sario se fueron del mágico lugar.
Mientras tanto, serafín fue conducido a una celda a la espera de su condena.
Esa misma noche, mientras cantaba rocanroles oscenos a la luna, oyó maullar a un gato y pensó para sí-"los gatos cuando maullan parecen niños llorando". Nada más lejos de la realidad porque eso que oyó en realidad era un niño. Dicho niño se llamaba Rodolfo y tenía tres años, lo que no le impedía medir 3 metros y saber maullar. Un día de carnaval sus padres lo disfrazaron de felino doméstico y lo sacaron a la calle a ver el desfile, pero en un momento de despiste cuando sus padres fueron a pillar algo de farlopa, Rodolfo se perdió. Como el disfraz era muy logrado sus padres se llevaron a su casa un gato callejero pensando que era su hijo y Rodolfo se quedó solitario e indefenso en medio de un montón de gente disfrazada, borracha, drogada y gilipollas. Rodolfo pasó los siguentes años de su vida vagando de flor en flor aceptando la cruda realidad:la cremallera del traje estaba en la parte de atrás, así que nunca se lo podría quitar;debería aceptar su condición de gato, pero no un gato cualquiera, sería el gato místico del 14 de octubre. Ahora centró su vida en encontrar a su puta familia y exterminarlos y predicar el evangelio.
Pues bién, Rodolfo se asomó a la celda de Serafín. Este oyó sonido guturales y preguntó:"¿Quién osa en perturbar el descanso de un pobre invidente encarcelado"?, Rodolfo intentó comunicarse con la única frase que recordaba de su infancia:"Me vevio una baticola y un varmú y man cobrao daciocho duros".
Serafín se sorprendió de occipital a occipital:¡90 pesetas por un vermut y una coca cola!. Ante tan increible ganga no tardó en preguntar en que lugar expedían los refrescos a base de estractos tan baratos, a lo Rodolfo respondió-"Me vevio una baticola y un varmú y man cobrao daciocho duros. Amén Jesús, arriba España". Serafín se precipitó al pensar que se refería a la concatedral de santa María del clítoris infinito, así que sin dudarlo ni un ápice, tiró el muro de la celda a golpe de craneo y escapó a lomos de Rodolfo.
La invidencia de Serafín y su más que discutida pericia en la conducción de niños de tres metros disfrazados de gatos, la produjó más de 30 caídas, 59 atropellos y dos traumatismos craneoencefálicos de los que se recuperó a los pocos segundos de producirselos.
Cuando lleagaron a la concatedral de santa María del clítoris que nunca se acaba, el clítoris alfa y omega( el infinito vamos) ocurrieron dos hechos que determinarían el desenlace de esta historia:Rodolfo logró quitarse el traje, pero como lo tenía muy pegado también se arrancó el pellejo, las orejas, el falo, las gónadas, el cuero cabelludo y el ombligo, además de romperse la columna vertebral por 743 sitios, Serafín ajeno a todo lo dejó tirado en las escaleras.
Cuando entró en la concatedral oyó una voces conocidas, eran las voces de Aurelio y Sario, que arrepentidos por haber entregado a Serafín al malvado primate, purgaban sus infantiles pecados escenificando pasajes del evangelio y carreras de camiones los miércoles de ceniza y los viernes de pascua.
Cuando vieron a Serafín no pudieron creerlo, ¡estaba vivo!. Esta sorpresa no agradó a aurelio y Sario, ya que ellos estaban purgando por un muerto y no por un vivo, así que ni cortos ni perezosos introdujeron a Serafín a base de engaños en el butafumeiro(Serafín pensó que era un batiscafo) y lo tiraron al mar.
Lo que no saben estas dos malas, malosas personas, es que Serafín aguanta muy bien la respiración y lleva 24 años debajo del agua, aunque eso sí arrugado como una breva.

MORALEJA:A los 10 en tu cama estés, si puede ser encima mejor que debajo con los calcetines